Al referirnos al aceite de oliva virgen extra hablamos de un
producto codiciado por toda persona que ame el ámbito culinario, o por aquellas
que no pueden disfrutarlo a diario por la difícil consecución del producto en
su lugar de residencia. El aceite de oliva virgen extra se hace a partir de
aceitunas, u olivas, midiendo la acidez recomendada de este fruto (0,8 grados),
consiguiendo así un sabor y olor únicos en este producto.
La tercera parte de la carne de las aceitunas es aceite, así
que la mejor forma de extraer ese llamado oro líquido es prensar la aceituna
para conseguir la mayor parte de su materia. Una de las maquinarias que más se
utilizan en las fábricas de aceite de oliva virgen extra es la almazara.
Las
almazaras de aceite de oliva virgen extra consta de tres partes: la primera es
para la recepción de la aceituna, para su lavado, pesado y almacenado; la
siguiente es la elaboración, donde se muele, se tritura y por último se
centrifuga la oliva, para que luego, como última parte del proceso, se almacene
el aceite en los depósitos. Estos depósitos deben ser de acero inoxidable y de
forma cónicas para que el aceite sea de buena calidad.
La almazara de aceite es de origen árabe, como otros muchos
avances tecnológicos de aquella época. Como casi toda herencia arábiga, ha
permanecido en el tiempo, evolucionando y adaptándose a los nuevos materiales y
métodos que ha ido generando la mano humana, pudiendo así disfrutar de este oro
líquido que hace las delicias de toda comida que contenga este producto.